Este Patrimonio Mundial de la UNESCO data del siglo XIII y es un fascinante rincón de puro reposo en medio de la ciudad. Allí encontrará una sucesión de callejones, placitas, jardines y parques, con decenas de casas y conventos de arenisca tradicional. Durante los años álgidos del siglo XVII vivían aquí unas 360 beguinas, mujeres piadosas que no formaban parte de una orden religiosa y que podían tener posesiones personales. Actualmente las señoras han sido reemplazadas por estudiantes, profesores extranjeros invitados y trabajadores de la universidad católica más antigua de Europa. Las pintorescas callecitas son ahora una de las zonas predilectas de los paseantes que quieren sentir el ambiente de tiempos pasados.

El Fabuloso Reina Sofía se encuentra en un enorme hospital de mediados del siglo XVIII que ha sido equipado con un llamativo ascensor exterior en cristal y metal. La colección está compuesta en su mayoría por arte del siglo XX – la obra más famosa es sin lugar a dudas el 'Guernica' de Picasso.

Al sur de Viena se encuentra Therme Wien, el mayor balneario de Austria. Relájese y disfrute de las 26 piscinas de agua, 24 saunas y cabinas de vapor, 2500 tumbonas y 6000 m² dedicados al cuidado del cuerpo. No hay límite en las delicias culinarias que ofrece el restaurante de los baños termales, bistro de sauna y bar de zumos. Y si le apetece algo dulce puede dirigirse a la pastelería Kurkonditorei Oberlaa. Más información en www.wien.info/en/vienna-for/sports/therme-wien

El Prado es uno de los museos más famosos del mundo. Desde que la galería se abrió por primera vez hace casi doscientos años, sus colecciones han crecido hasta alcanzar las 7,000 pinturas (aunque sólo 1,500 se encuentran actualmente en exhibición). La colección incluye arte español de Velázquez y algunas obras oscuras de Goya y algunas obras de una serie de maestros flamencos: Peter Paul Rubens, Pieter Bruegel y Anton Van Dyck.