Emilia-Romaña podría ser la mejor región de Italia para la exploración culinaria. Visita un productor de prosciutto como Salumificio Conti, una de las fábricas locales de jamón de gestión familiar que produce el mítico Prosciutto di Parma DOP. Pasa algún tiempo con los creadores de Parmigiano Reggiano, quienes han mantenido vivos los métodos tradicionales desde que los monjes benedictinos inventaron el proceso hace 10 siglos. Cuajado en los típicos calentadores de cobre, salazón y crianza final en las llamadas catedrales de rueda. Prueba la obra maestra salada al final, por supuesto. Haz tu viaje más largo y conoce los secretos del mejor vinagre balsámico en Tenuta Medici Ermete. Parma es la puerta de entrada al patrimonio culinario de Italia. Con muchos recorridos, puede optar por conducir usted mismo o conseguir un conductor para una experiencia más relajada.

Metido entre restaurantes, tiendas y hoteles, el parque "Trädgårdsföreningen" es un oasis para los habitantes de la ciudad. Se considera uno de los parques del siglo XIX mejor conservados de Europa. Dé un paseo entre los árboles y sienta la tranquilidad en medio de la ciudad.

Pasée por el centro de Sevilla y disfrute del encanto del barrio de Santa Cruz, con sus callejuelas, sus casas pintorescas y sus pequeñas plazas. Se encuentra en la parte antigua de la ciudad y es sin duda el barrio más popular y concurrido de Sevilla. Este es también el lugar donde se pueden ver importantes atracciones turísticas como la Catedral, la Giralda, el Alcázar Real, los jardines de Murillo y el Archivo de Indias.