Para vivir una experiencia que aúne tradición y lujo, diríjase a Madinat Jumeirah. Traducido literalmente como 'Ciudad de Jumeirah', este complejo está inspirado en una antigua ciudadela completa con torres eólicas y canales de agua. Encierra hoteles de lujo, enclaves privados construidos al estilo tradicional, el Talise Spa de clase mundial, Souk Madinat, Madinat Theatre y más de 40 restaurantes y salones. Para disfrutar de una comida memorable, cene en Folly by Nick & Scott, con vistas al mar desde torres eólicas. También puede explorar los canales serpenteantes en un abra de madera tradicional para apreciar mejor el entorno sereno y la arquitectura inspirada.

Para un factor sorpresa puro, visite las pistas de esquí cubiertas de Ski Dubai en Mall of the Emirates. El antídoto perfecto para un día cálido, puede combinar un lugar de compras con un descanso para esquiar. Hay cinco carreras de diferente dificultad, junto con un área de estilo libre para snowboarders y trineos. A las familias les encantarán las cuevas de nieve y los paseos en tubo, mientras que Avalanche Café es ideal para beber chocolate caliente en menos cuatro grados o ver la marcha diaria de los pingüinos.

El puerto Western es uno de los distritos más sostenibles de Malmö, con una impresionante arquitecturas y vistas a Öresund y al Puente de Öresund. Aquí encontrará el espectacular Turning Torso de 190 metros de altura y Stapelbäddsparken, que atrae a aficionados al skate de todo el mundo. El distrito ofrece bonitos paseos, buenas instalaciones para el baño, comidas sin prisa en restaurantes, café y picnics sobre la hierba o diversión y juegos en actividades de mucha energía. Aquí también encontrará el puerto deportivo Dockan, con numerosos atracaderos e instalaciones para barcos visitantes, a solo diez minutos a pie de la estación central de Malmö.

Los beaterios de Flandes y Holanda siguen siendo oasis de silencio y tranquilidad, en los que uno casi espera ver aparecer en cualquier momento a una beata murmurando oraciones. En Gante, dos de los tres beaterios están incluidos en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Si bien el Antiguo Beaterio de Santa Isabel, en torno al actual parque de Begijnhofdries, ya no está circundado por un muro y ahora es una parte más de la ciudad, su ambiente sigue siendo único. Hoy en día, este lugar es conocido como ‘espacio sacro de tolerancia’, ya que cuenta con tres iglesias de tres denominaciones distintas: una católica, una ortodoxa y una protestante. De prado de clareo a huerto arbolado Este beaterio abierto se convirtió en el siglo XIII en lo que podría llamarse una capital de beguinas, con una iglesia, la casa de la superiora, una enfermería, una capilla, más de cien casas de beatas, un prado de blanqueo (superficie de hierba para poner la ropa al sol para que se blanquease) y un huerto de frutales. Tras la Revolución Francesa y la creciente industrialización, en 1873 los residentes se mudaron a su nuevo beaterio en Sint-Amandsberg.