La capital de Polonia ofrece todo lo que puedas desear, desde su riquísima historia, un amplio calendario de eventos, una vibrante vida nocturna, hasta un restaurante con Estrella Michelin y la omnipresente vegetación. No puedes dejar de visitar la encantadora Ciudad Vieja o dar un paseo por la Ruta Real. Y descubrir la historia de la ciudad en sus museos interactivos. Anímate a disfrutar de una tarde de locura a orillas del Vístula o relájate en el césped del Parque Real de Łazienki escuchando los conciertos de la música de Chopin.

"Podría decirse que la ciudad en su escenario y todo el entorno tienen algo ideal". (Johann Wolfgang von Goethe, 1797). Pocas ciudades europeas han recibido tantos elogios como Heidelberg. El misterioso castillo de Heidelberg, su pintoresco casco antiguo y, como el mismo Goethe afirmo, la perfección de su entorno: en el siglo XIX, todo ello atrajo a los artistas románticos alemanes, que inmortalizaron Heidelberg en la poesía, la música y el arte. Hoy en día, el encanto del antiguo Heidelberg se combina con un enfoque internacional y orientado al futuro.

Los habitantes de Malinas hablan con orgullo sobre su ciudad. A veces con un toque de humor, pero siempre con cariño. Este agradable ambiente te llamará directamente la atención. Pasearás entre monumentos históricas y disfrutarás de la calma en patios coloridos e iglesias. Los habitantes están orgullosos de su Gouden Carolus, la cerveza premiada que se elabora desde hace siglos. Están orgullosos de Margareta, la tía del emperador Carlos V, que hizo que el Malinas del siglo dieciséis apareciera en el mapamundi. Les gustan la artesanía y los productos regionales auténticos. Déjate seducir por el encanto de la ciudad y el buen ambiente.

Liubliana, la capital de Eslovenia, es el nexo de unión con Europa. Concretamente, el carácter único de Liubliana se debe a la influencia de diversas culturas, mientras que su imagen característica es resultado de una historia variada y fascinante. Liubliana es una ciudad pintoresca de puentes románticos, que convive en armonía con su propio río; una ciudad con una magnífica arquitectura, rebosante de animada creatividad cultural. El casco histórico de Liubliana, a los pies de la colina, presidida por el castillo, es relativamente pequeño y se puede recorrer fácilmente a pie o en bicicleta. La exuberante vegetación que rodea la ciudad garantiza numerosas posibilidades para senderismo, ciclismo y ocio al aire libre.