La mayoría de los museos y atracciones más populares se encuentran en la verde isla de Djurgården, que es parte también del Parque Urbano Nacional Real. Djurgården es un conocido lugar de ocio. La isla ofrece la oportunidad de dar excelentes paseos, hacer footing, ir en bicicleta, practicar el remo, además de ser un agradable lugar para disfrutar de una comida al aire libre. Djurgården tiene una gran cantidad de restaurantes y múltiples posibilidades para realizar visitas turísticas. Si viaja con niños, Djurgården es una visita obligada: aquí encontrará las mejores atracciones de la ciudad, todas situadas a muy poca distancia.

El centro de arte Röda Sten es una asociación sin fines de lucro que utiliza la antigua sala de calderas que está a la entrada del puerto entre el puente Älvsborg y la zona de Nya Varvet. Desde allí se puede contemplar la isla de Vinga y el horizonte. Es un escenario diferente que alberga arte contemporáneo, teatro, música y danza. También hay un taller con actividades creativas para niños y jóvenes. Además, en el edificio encontrará un café, clubs de música y un restaurante.

El Cordero Místico, de título completo “La Adoración del Cordero Místico”, de los hermanos Van Eyck fue presentado en 1432 y está reconocido mundialmente como cumbre artística y como una de las pinturas más influyentes jamás realizadas. Visitarlo es algo que no puede faltar en ninguna estancia en Gante. Sus 18 paneles en total presentan una mágica evocación bíblica que contiene, entre otras cosas, un retrato del donante y administrador eclesiástico Joos Vijd y de su esposa Elisabeth Borluut. El monumental Cordero Místico fue pintado sobre paneles de roble cubiertos de finas capas de una mezcla de tiza y cola de origen animal. Las figuras se aplicaron mediante numerosas capas de óleo. La combinación de trabajo de miniatura y pintura traslúcida aporta una dimensión adicional, como podrá comprobar de primera mano cuando esté ante esta obra maestra. Parece que la pintura emite un resplandor interno, un fulgor divino. Hubert Van Eyck pintó una parte del políptico del Cordero Místico, pero no pudo terminarlo. Se piensa que su hermano menor Jan, un maestro absoluto de la pintura, habría completado esta obra magistral unos años tras la muerte de Hubert.