La iglesia de San Nicolás, sede de la archidiócesis de la iglesia católica romana de Liubliana, adoptó su forma actual en 1701 sobre los cimientos de una iglesia más antigua. La iglesia, construida por el arquitecto jesuita Andrea Pozzo, está decorada con frescos de Giulio Quaglio y se considera una de las joyas del Barroco. También es famosa su puerta de entrada construida en el siglo XX. Las tallas de la puerta principal ilustran la historia, mientras que los postigos están decorados con retratos de obispos eslovenos y de Jesús.

Numerosas pequeñas y grandes empresas ofrecen visitas guiadas que se centran en la riqueza sabrosa y salada del queso Parmigiano y el jamón de Parma. La mayoría de los operadores te llevarán a un recorrido por la fábrica de queso en las afueras de la ciudad, te ofrecen probar muestras de diferentes añejos (probablemente quesos de 1, 2 y 3 años). Del mismo modo, no pierdas la oportunidad de ver una fábrica de jamón de Parma y probar las lonchas más finas que se deshacen en la boca. Elije un tour que mejor se adapte a tu presupuesto, intereses y marco de tiempo. La variable más importante a la hora de elegir el mejor tour son las opiniones de otros viajeros.

Emilia-Romaña podría ser la mejor región de Italia para la exploración culinaria. Visita un productor de prosciutto como Salumificio Conti, una de las fábricas locales de jamón de gestión familiar que produce el mítico Prosciutto di Parma DOP. Pasa algún tiempo con los creadores de Parmigiano Reggiano, quienes han mantenido vivos los métodos tradicionales desde que los monjes benedictinos inventaron el proceso hace 10 siglos. Cuajado en los típicos calentadores de cobre, salazón y crianza final en las llamadas catedrales de rueda. Prueba la obra maestra salada al final, por supuesto. Haz tu viaje más largo y conoce los secretos del mejor vinagre balsámico en Tenuta Medici Ermete. Parma es la puerta de entrada al patrimonio culinario de Italia. Con muchos recorridos, puede optar por conducir usted mismo o conseguir un conductor para una experiencia más relajada.

A principios del siglo XIV, los ciudadanos de Aquisgrán ocuparon el ruinoso palacio de Carlos el Grande y construyeron el actual ayuntamiento. Aún hoy, la monumental sala de coronación recuerda la fiesta de la coronación que se celebró aquí hace 500 años.