Emilia-Romaña podría ser la mejor región de Italia para la exploración culinaria. Visita un productor de prosciutto como Salumificio Conti, una de las fábricas locales de jamón de gestión familiar que produce el mítico Prosciutto di Parma DOP. Pasa algún tiempo con los creadores de Parmigiano Reggiano, quienes han mantenido vivos los métodos tradicionales desde que los monjes benedictinos inventaron el proceso hace 10 siglos. Cuajado en los típicos calentadores de cobre, salazón y crianza final en las llamadas catedrales de rueda. Prueba la obra maestra salada al final, por supuesto. Haz tu viaje más largo y conoce los secretos del mejor vinagre balsámico en Tenuta Medici Ermete. Parma es la puerta de entrada al patrimonio culinario de Italia. Con muchos recorridos, puede optar por conducir usted mismo o conseguir un conductor para una experiencia más relajada.

Castillo de Przemysł alberga el Museo de las Artes Aplicadas. La exposición permanente cuenta con cerca de 2 mil objetos desde la época medieval hasta la actualidad. Es el único museo de este tipo en Polonia. La cima de la torre alberga una terraza panorámica a la que se puede acceder en el ascensor o subiendo por las escaleras. El mirador ofrece una vista magnífi ca.

Conducir y degustar vinos es una mala idea: necesitarás un chofer. Uno que se adapta a tu horario, te recoge directamente de tu hotel y te lleva por los mejores viñedos de Emilia-Romaña. Explora una auténtica bodega local y disfruta de tres vinos exclusivos, como Malvasia, Lambrusco y Trebbiano. Por supuesto, una selección de delicias complementará el vino, al igual que las vistas panorámicas del campo.

Aquí hay un poco de todo para todos. Las playas son hermosas, el agua es popular para los fanáticos del esnórquel, hay para hacer deportes acuáticos y también se pueden encontrar algunos bares aceptables. Cala Conta está ubicada en la costa oeste de la isla.