Viena es la mayor ciudad de Austria y su capital. Cuenta con abundantes ejemplos arquitectónicos entre los que se incluyen castillos barrocos, jardines y la Ringstrasse bordeada de parques, monumentos y edificios majestuosos. El arte y la cultura están arraigados en el alma de Viena, con su oferta de teatro, ópera y bellas artes. Viena es una de las pocas capitales del mundo con sus propios viñedos y los cafés vieneses cuentan con una historia prolongada y distinguida que se remonta siglos atrás. Venga y disfrute de todo lo que Viene tiene que ofrecer.

La ciudad de Bilbao es una fascinante capital vasca del diseño y la gastronomía. Gracias a uno de los edificios más elegantes del mundo, el Museo Guggenheim, Bilbao deslumbra con su estilo y energía. Conserva una fuerte y exclusiva identidad, así como el idioma más antiguo de Europa: el euskera. Cuenta con una gran variedad de museos y lugares históricos que explorar, una rica historia con arraigadas tradiciones y una emocionante oferta de actividades que hacer tanto de día como de noche.

La carismática ciudad de Sevilla tiene cierta seguridad en sí misma que la diferencia de ciudades andaluces más pequeñas. Es una ciudad con una personalidad innegable que sólo puede tener un lugar bañado de sol casi todo el año. Cuenta con una fascinante historia de las invasiones romanas y moras, seguida de una sorprendente prosperidad colonial, y esta mezcla de influencias han dado lugar a la cornucopia cultural arquitectónica, gastronómica y el apasionante baile regional, el Flamenco. Laberintos de callejones, catedrales exquisitos y bares de tapas animados bordean el río Guadalquivir que se abre paso a través de la capital andaluza para fascinar a visitantes y sevillanos por igual.

Poznan es una de las ciudades más grandes y más antiguas de Polonia. Es una metrópolis con más de medio millón de habitantes, la quinta en el país en cuanto a tamaño, situada a medio camino entre dos capitales europeas, Berlín y Varsovia. También es un lugar donde fue establecido el Estado Polaco en el siglo X.

Gotemburgo es una gran urbe con el encanto de una ciudad pequeña. Su ambiente agradable y relajado invita a pasear por el centro de la ciudad y explorar los distintos barrios. Hay un café en cada esquina, y la ciudad ofrece espectáculos en directo y diversión todo el año, desde el parque de atracciones Liseberg hasta la Ópera, pasando por el festival de cine anual, la feria del libro y el festival musical Way Out West.