Emilia-Romaña podría ser la mejor región de Italia para la exploración culinaria. Visita un productor de prosciutto como Salumificio Conti, una de las fábricas locales de jamón de gestión familiar que produce el mítico Prosciutto di Parma DOP. Pasa algún tiempo con los creadores de Parmigiano Reggiano, quienes han mantenido vivos los métodos tradicionales desde que los monjes benedictinos inventaron el proceso hace 10 siglos. Cuajado en los típicos calentadores de cobre, salazón y crianza final en las llamadas catedrales de rueda. Prueba la obra maestra salada al final, por supuesto. Haz tu viaje más largo y conoce los secretos del mejor vinagre balsámico en Tenuta Medici Ermete. Parma es la puerta de entrada al patrimonio culinario de Italia. Con muchos recorridos, puede optar por conducir usted mismo o conseguir un conductor para una experiencia más relajada.

Este museo, ubicado en un antiguo convento del año 1515, tiene una intrigante colección de arte y oficios religiosos que datan desde el siglo XII, incluyendo esculturas y pinturas de varios artistas vascos.

El canto, el baile y la guitarra flamenca son cautivadores. No ha experimentado el verdadero espíritu y el alma de Sevilla si no ha visto un espectáculo de flamenco. Los Gallos ha entretenido visitantes desde 1966 y ofrece espectáculos con artistas de primer nivel, por lo que es el espectáculo de flamenco más reconocido y respetado en la ciudad.