Aunque los georgianos no son los mayores admiradores de su herencia soviética, este gran ejemplo del brutalismo de los años 70 de Tbilisi no debe perderse. Construido sobre pendientes empinadas en la calle Nutsubidze, es una de las construcciones más peculiares que jamás verás. Los tres bloques de apartamentos están conectados por un puente que los atraviesa. Desde el puente aéreo, también puedes ver una bonita vista de las zonas residenciales de Tbilisi. Una vez que esté arriba y cruce el puente, gire a la derecha y camine por las calles sinuosas y admire el saber hacer arquitectónico del Cáucaso: adiciones semilegales a bloques residenciales de todas las formas, tamaños y materiales.

Bienvenido al escenario fotográfico más popular de la ciudad, ya desde hace tiempo un punto álgido para hacer fotos dignas de Instagram. En su día se vendían rosarios en esta zona, y en la actualidad forma una de las vistas urbanas más hermosas. Por tanto, resulta el lugar ideal para hacerse ese selfie con tu pareja. Ya sea verano o invierno, mañana o tarde, haga sol o llueva, el romanticismo del Rozenhoedkaai está siempre presente. ¡Se te saldrán los ojos!

La construcción blanca del impresionante puente peatonal sobre el río Nervión se puede ver desde muy lejos en un día de verano en Bilbao. Zubizuri conecta el bulevar Campo Volantín con Uribitarte y desde el puente hay una impresionante vista del Museo Guggenheim. Asegúrese de visitarlo en un día agradable, ya que el suelo de cristal puede ser resbaladizo cuando está mojado.

Esta torre de hierro es el símbolo de París por exelencia, y atrae a casi siete millones de visitantes cada año. Fue construida por Gustave Eiffel para la Exposición Universal de 1889 para celebrar el centenario de la Revolución Francesa. Mide 324 metros y pesa más de 10,000 toneladas, lo que lo hace no sólo un monumento imponente, sino también una maravilla de la ingeniería.