Todo un paraíso para los amantes de la ciencia. Sé tú el que lleve a cabo los experimentos y comprueba lo que sintió Neil Armstrong al pisar la Luna. Descubre el porqué del miedo y conoce el enigma de los sentidos. Visita el planetario “Cielo de Copérnico” para vivir el universo en una sesión única. Y no te pierdas el Teatro Robótico. Al término de la visita túmbate y relájate en el césped del Parque de los Descubridores. Apto no solo para niños.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Ciudad Vieja impresiona con sus casas de colores y el ambiente único de sus callejuelas. En la Plaza del Mercado encontrarás a la sirenita, símbolo oficial de la ciudad. No te pierdas la antigua barbacana defensiva o la campana de la calle Kanonia, y haz un recorrido por las murallas. Acuérdate, como no, del Castillo Real. En los aposentos de esta antigua sede de los gobernantes de Polonia podrás ver pinturas de Rembrandt o de Bernardo Bellotto, también llamado Canaletto.

El parque municipal de mayor extensión (alrededor de 100 ha). Hasta el s. XIX fue una colina con un pintoresco asentamiento llamado Winiary (su nombre hace referencia al cultivo de la vid); posteriormente fue reconvertida en una sólida fortaleza que coronaba el sistema defensivo de Poznań. Tras la guerra, el terreno se convirtió en un parque. Es uno de los lugares de descanso y ocio preferido de los habitantes de Poznań, con una amplia oferta de museos (Museo del Armamento y Museo del Ejército ”Poznań”). En el parque se puede disfrutar, entre otras cosas, de la obra al aire libre de mayor tamaño de Małgorzata Abakanowicz ”Los no identificados”.