El archipiélago de Karlskrona tiene un poder liberador y es probablemente uno de los lugares más bellos que existen. El archipiélago de Karlskrona es el más meridional de los archipiélagos de Suecia. El conjunto de la ciudad está construido sobre 33 islas. Es probable que sin el anillo protector de las grandes y pequeñas islas que hay alrededor de la ciudad, el rey Carlos XI no hubiera elegido Trossö para establecer su nueva base naval. Hay una gran variedad de islas, desde las que tienen un solo habitante hasta las que tienen 1.500, islas con y sin conexión con la península. Búsquese un lugar favorito y disfrútelo, porque hay muchísimos. En el extremo más oriental del archipiélago, hay un montón de islas fascinantes, como Inlängan, Utlängan, Stenshamn, Ungskär y Hästholmen, que ofrecen un entorno encantador. El carácter de estas islas es muy distinto del verde de la parte interior del archipiélago. Mucho más al sudeste se encuentra la isla de Utklippan. Disfrute de un entorno único y busque la colonia de focas, ya que a estos animales les encanta vivir aquí. Cómo desplazarse por el archipiélago de Karlskrona: hay varias empresas que ofrecen transporte en el archipiélago de Karlskrona durante todo el año.

Suba al autobús de dos pisos Antwerp Diamond Bus y déjese conducir a los lugares más bellos de Amberes. Ahora además, con una nueva parada en el museo MAS. Una manera ideal de descubrir la ciudad. Salidas a diario: entre abril y noviembre.

Altas montañas y profundos valles, eso es lo que vemos en Valldemossa, el pueblo donde vivieron los dos primeros “turistas famosos” de la isla – el compositor Frédéric Chopin y la escritora George Sand – en 1838. Todas las celdas de los monjes están en hilera y tienen su propia salida al jardín, el cual ofrece un exuberante manto de maravillosas magnolias y una increíble vista sobre el valle.

La Torre Cívica, con sus 52 metros de altura, es un símbolo de la ciudad medieval y ofrece imponentes vistas de la parte alta y baja de Bérgamo. Su campana suena a diario unas 100 veces a las 10 de la noche para señalar el antiguo toque de queda, cuando las puertas de la ciudad se cerraban. El Palazzo del Podestà, que originalmente fue la residencia de las familias Suardi-Colleoni, fue sede del podestà (primer magistrado o gobernador) entre los siglos XII y XV. En la actualidad alberga el Museo de Historia de la Edad Véneta.