Conducir y degustar vinos es una mala idea: necesitarás un chofer. Uno que se adapta a tu horario, te recoge directamente de tu hotel y te lleva por los mejores viñedos de Emilia-Romaña. Explora una auténtica bodega local y disfruta de tres vinos exclusivos, como Malvasia, Lambrusco y Trebbiano. Por supuesto, una selección de delicias complementará el vino, al igual que las vistas panorámicas del campo.

Además de la conocida playa de Tylösand, hay veintiuna playas a lo largo de los 40 kilómetros de costa. La única escuela de socorristas de los países nórdicos se encuentra en Tylösand, donde se forman sesenta vigilantes cada año. Estos socorristas vigilan las playas durante los meses de verano. Tylösand y Östra Stranden (la playa del este) cuentan con espacios de baño adaptados para discapacitados. Si prefiere el interior, podrá bañarse en los numerosos lagos.

Explore una de las instalaciones de defensa más secretas de la Guerra Fría, situada en un hangar subterráneo de la década de 1950, 30 metros por debajo de la superficie de roca. Aquí podrá hacer un viaje por la historia de la aviación. El Aeroseum es un centro de descubrimiento de la aviación repleto de experiencias fascinantes para personas de todas las edades, tanto hombres como mujeres. Los visitantes pueden explorar y experimentar el hangar subterráneo de 22.000 metros cuadrados que una vez fue alto secreto. Las exposiciones incluyen aviones de combate Draken y Viggen, aviones civiles, helicópteros, motores y otros muchos artículos. Haga una pausa para tomar un café y refrescos en la cafetería subterránea y compre artículos de aviación en la tienda del museo.

Esta 'iglesia' llena de tiendas de pescado y restaurantes de marisco es muy visitada tanto por los lugareños, que compran ahí sus pescados y mariscos frescos para la cena, como por los turistas, que contemplan todos los extraños pescados que se muestran en los escaparates y el espectáculo de los pescadores pregonando sus mercancías.