El Palacio de Wilanów representa una de las joyas del arte barroco de Varsovia. Por breves momentos el visitante puede sentirse como el gran vencedor de la batalla de Viena, el mismísimo rey Juan III Sobieski, quien residió aquí junto a su amadísima Marysieńka. Paséate por el parque y por los interiores del palacio, visita la Galería del Retrato o escucha las historias de grandes amores. A pesar de las vicisitudes de la historia polaca, incluidos los repartos, guerras o la ocupación, el palacio y su jardín han conservado su forma original. Es un lugar de visita obligada. Y en invierno el jardín centellea con miles de luces que lo convierten en el Jardín Real de la Luz.

Desde el ultra moderno Centro de Conferencias y sala de conciertos Palacio Euskalduna Jauregia, camine hacia el este a lo largo de la ribera del río, la cual exhibe hermosas esculturas e impresionante arquitectura moderna. Pasará por el Guggenheim y la asombrosa pasarela Zubi Zuri de Santiago Calatrava, la cual se extiende sobre el Nervión entre el Guggenheim y el Ayuntamiento.

El Museo de Fryderyk Chopin se encuentra en el histórico Palacio de los Ostrogski. Se trata de uno de los museos biográficos más modernos de Europa, entre cuyas piezas están el piano del compositor o una colección de sus cartas manuscritas y partituras.

Todo un paraíso para los amantes de la ciencia. Sé tú el que lleve a cabo los experimentos y comprueba lo que sintió Neil Armstrong al pisar la Luna. Descubre el porqué del miedo y conoce el enigma de los sentidos. Visita el planetario “Cielo de Copérnico” para vivir el universo en una sesión única. Y no te pierdas el Teatro Robótico. Al término de la visita túmbate y relájate en el césped del Parque de los Descubridores. Apto no solo para niños.